Imagen sacada de El jardín de Shambala (blog).
Es la hora dorada y
no consigo ver el sol. Se cubre tras aquella montaña puntiaguda, y se niega a
servirme en bandeja de oro su verdad absoluta. Mi único pensamiento es un eco
luminoso, y las ondas sonoras me dicen que me cegaría contemplarlo.
El calor de sus
tormentas… solo eso permite a mi alma. Las olas de fuego que habitan una
superficie que parece eterna. Una eternidad abrasadora arropando un mundo
dirigido por la oscuridad.
A veces, ángeles
deformes, con las alas a un lado – habiendo aprendido la lección que algún
Ícaro dejara atrás – y recordando el dolor de mirar hacia la luz… olvidamos,
absurdos, que aunque no hiera nuestras retinas, la negrura también ciega…
Corina Morera
'La Puerta Perdida'.
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